La transición representa el desarrollo del individuo, quien en un primer momento se encuentra dentro del útero materno, sale al mundo como un pequeño niño, se convierte poco a poco, en joven, adulto, mayor, y su último momento, dentro del mundo que conocemos, constituye el instante en el que se reintegra a su elemento de origen, la tierra.
Así, se representaran los colores del Domus: la transparencia, el nacimiento; cada niño llega al mundo con una la capacidad de absorver el conocimiento. El celeste, la niñez; da los primeros pasos en la vida y se encuentra con nuevos retos. El verde, la juventud; se convierte en hombre. El naranja, la adultez; que representa la sabiduría y el conocimiento adquirido. Por último un hexágono negro, la muerte; donde se termina este ciclo natural.
Este pensamiento se extiende a etapas de la vida, etapas biológicas, etapas psicológicas, etapas espirituales; todas ellas etapas de desarrollo donde el hombre se transforma, mejora y se encamina hacia un futuro cercano. Estas etapas son encuentros del yo en el espacio, con recuerdos, deseos y sueños.
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