¡Botellas, botellas, botellas! De donde sean nos sirven. Básicamente ese fue nuestro lema por días. Comenzamos hablando con el Centro de Reciclaje de la Universidad, el cual accedió a cedernos todas las botellas recolectadas en los basureros de la Institución, como segunda fuente tuvimos la colaboración de un señor de Alajuela que se ofreció a recorrer las calles en busca de botellas, y como tercera opción estuvimos nosotros mismos: pidiendo en nuestras familias, casas, o recogiendo botellas que viéramos tiradas por la calle.
Teniendo las botellas, nos dedicamos a lavar cada una, arrancarle la etiqueta y hacerle huecos con taladro por los que pudiéramos introducir el alambre que las sujetaría.
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